He podido ver el sol y sentirlo en estos dias porque dentro de todo este tiempo que está mas loco que una cabra, el sábado hizo muy buen día. Fuí a la playa, estaba muy encerrada en mis neuras, pensaba demasiado en todo. Él me lo notaba, quiso hacerme sonreir una vez mas como siempre lo hace.
Allí sentada a la orilla del mar el sol me daba en la cara como si se hubiera centrado solo en mi para poder regenerarme el alma. Sentí la brisa del mar como revoloteaba mi pelo suelto, mi hijo jugaba solo con la arena, reía y no tenía que prestarle demasiada atención.
No se habló en ningún momento, sólo estábamos expuestos al sol y disfrutándo de ello.
Al rato nos levántamos, empezámos a caminar de nuevo hacía el coche. Había un grupo de chicas celebrándo una despedida de soltera. Yo ya estaba contenta y le dí la enhorabuena, me hizo recordar que yo no voy ha tener despedida. Prefiero una cena con los colegas, reírme, tomar un buen vino y disfrutar de esos momentos que son tan difíciles de recuperar, los amigos, todos juntos :)
Al mirarme al espejo tenía las mejillas coloradas, el pelo rizado alborotado por el viento y ui ! Ya no pensaba, solo quería repetir una y otra vez ese momento, el sol me da la vida. Ya me pasó cuando estaba embarazada de Ethan, empecé a disfrutarlo cuando me dió el sol, tanto es así que la primera vez que lo noté fué tomándo el sol :)
Las personas somos como las plantas, somos bonitas, alegres, llenas de vida cuando nos da el sol y así nos regeneramos.
El lunes, Barcelona. Fué un día gris, no sabía si llover o no pero a mi me daba igual. Caminé hasta agotarme de aquí para allá sin saber bien por dónde andaba pero sabía que debía hacerlo. Eran el último día que pisaba esas ramblas antes de ser una mujer casada, me lo debía por tantas noches que he vivido en su humo, por tantos dias que he comprado en sus calles... Y que extrañas palabras... ME (yo) lo debía !!!
Ahora todo continúa, el camino sigue y sólo espero que vaya todo bien.
