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jueves, 22 de abril de 2010

Atracción FeTaL


El aburrimiénto es la base de mi vida diaria. Me levanto por la mañana sabiéndo que las horas van a pasar como siempre vacías y sin jugo. Un coche de plástico tirado por el suelo, un cuento abierto por la página central dónde caperucita va camino a casa de la abuelita, una pelota que no está en su sitio, un caramelo pegado detrás del sofá... Mi búsqueda de trabajo sin sorpresas y mis mismos menús acompañados a veces de diferentes platos.

Saber que mi gordito va a venir a darme un beso todas las mañanas para sentir como está su mamá en ese momento o simplemente mirarme de reojo, para hacerme notar que está enfadado conmigo por su mal despertar que es igual al mío.
Me he dado cuenta que mi gordito tiene una atracción fatal hacia mi barriga. Si, como lo leen.
Mi barriga, la cuál ya está llena de estrías a causa de él o mas bien a causa de que me puse como una cerda comiéndo cuando estaba embarazada. De 50 quilos llegué a pesar 65, un plus de 15 quilos que mi piel no soportaba por muchas cremas que me pusiera. Después de eso se puso blanda, agrietada y con unas estrías rojas que daban miedo, no veía el día en que ese fuego fuera cogiéndo mejor color.
Regresé de nuevo a mi peso rapidamente, mi gordito me succionaba las grasas y la energía cada dos horas, de ahí que decidiera a los tres meses mirar un poco por mi salud y ayudarle con el biberón.
La atracción la descubrí hace unos dias, estaba nervioso e irritado y de repente me subí la camiseta para rascarme la barriga. Giró la cabeza hacía dónde estaba yo y rapidamente vino corriéndo, le dió un beso, hundió su cara en ella y apreto su oreja contra mi barriga.
Por la noche intenté comprobar si era casualidad o realmente existía un vínculo entre Ethan y mi barriga. Yo estaba en el sofá, me levanté la camiseta y repiqué mis manos contra mi barriga. Ocurrió lo mismo que por la mañana, dejó lo que estaba haciéndo, le dió un beso, hundió su cara en ella y apretó su oreja para escuchar.
Cada vez que quiero que me haga caso solo tengo que enseñar mi barriga y lo deja todo. A esta barriga estriada y sin color le muestra mas atenciones de afecto que a mi propia palabra. Hay gente que lo encontrará una aberración que una madre le vaya enseñándo la barriga a su hijo pero lo encuentro mas sensato que enseñárles a jugar con pistolas de plástico.
Y que le voy ha hacer si esa fué su primera casa...
Y que le voy ha hacer si este niño siente como yo siento.

3 comentarios:

  1. Ostras que curioso no? Pero la verdad es que no me parece tant desabellado, porque como tu dices,ese fue su primer hogar.
    Y vamos por mi parte eso de ensñarle la tripilla es lo maas normal del mundo jejeje.

    Krysta (por si sale otra cuenta)

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  2. Yo también lo encuentro lo más normal del mundo....jeje.....además de curioso...pero como bien dices....si fue su primera casa...como no sentir algo por ella...Besitos,
    Su

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  3. No soy yo la del dolor de cabeZa, me dolía a causa de estar tantas horas en el hospital. Ahora ya se me ha acostumbrado a pasar horitas aquí, pero aun nos quedan unos días mas... Esta vez no han existido la vacaciones tranquilas con pocos madrugones.

    Krysta

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