Mis manos

Desde que tengo uso de razón ( seguramente hace relativamente poco tiempo ) me ha gustado hacer cosas por mi misma, siempre. Cuándo estaba en el cole me gustaba sacar obras de teatro de una leyenda fantástica, me encantaba el dibujo artístico pero no el técnico y aquéllas asignaturas en las que podías dejar volar un poco la mente.
Crear,modelar, pintar,serrar, pegar...
Cuándo tenía 9 años mis padres me apuntaron a bailar sevillanas, nunca me ha gustado la sardana. Mi profesora que era de Cádiz me llamaba "xoxete de oro" y siempre le gustó como bailaba, lo dejé porque el ensayo se convertía en algo crucial para poder avanzar en esa danza y yo dejaba a un lado los apuntes del colégio. La verdad es que a esa edad las mates me aburrían un montón, siempre eran lo mismo.
Después me apunté a manualidades, aprendí ha hacer cuadros en relieve, en tres dimensiones, a pintar figuras pequeñas y grandes, ha hacer de una botella de cristal una lámpara de colores, pintar ropa, cocinar pasteles, hacer masas de papel con cola para convertirlo en lo que me diera la gana, para después pintarlo. Mi profesora me llamaba " manitas de oro ", todavía hoy la veo por la calle y me pregunta si sigo haciéndo cosas, me satisface un montón porque mi respuesta siempre es afirmativa.
La gente que ha pasado por mi vida y ya no está siempre me ha dejado cosas buenas para recreárme.
Un medio poeta me dejó el afán por superarme cada año en mi forma de escribir y sentir.
Un pintor especializado en cuentos de niños me enseñó a perfeccionar mi pelea con los acrílicos y a no tenerle miedo a los óleos, a saber utilizar un aerógrafo para todo.
Para colmo de los colmos acabé trabajándo en una tienda donde estaba rodeada de todas las manualidades que pueden exisitir, podía pintar cuadros, restaurar muebles, pintar figuras, hacer cuadros... de ahí guardo una caja enorme con todos los productos que compré, los que ahora me sirven para probar todas y cada una de las creaciones que se me pasan por la cabeza.
Antes dependía mucho de mis maestros, spongo que es normal cuando quieres aprender. Ahora improviso, pruebo y si no sale bien me invento otra cosa y pruebo otra vez.
Descubrir que todo lo que compras lo puedes hacer con tus propias manos a mi me satisface.
El fieltro, mi último material de mi caja de herramientas ha venido casi por error. Paseándo mandé hacer mi ramo de novia de este material y como siempre, mi arcángel está pendiente de todo lo que hago sin preguntarme nada. Me compró una pistola de silicona con la condición de que no parase nunca de CREAR.
Así he podido llegar a la conclusión que mis manos son el tesoro mas preciado de mi ser, estoy orgullosa de ellas porque creán maravillas.
CREAR me hace libre.
CREAR me hace sonreir :)