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lunes, 23 de agosto de 2010

Baños árabes del Hamman - Córdoba


La curiosidad que sentíamos por ir a los baños árabes era tal que la emoción nos superaba por momentos. Nada mas entrar a recepción nos dieron unas pulseritas con un número cada una, las toallas y la normativa de los baños en la que se recalcaba que debíamos ir descalzos, con las toallas, el traje de baño y en silencio.
Las mujeres pasan todas juntas a cambiarse y los hombres pasan después a otro vestidor, allí hay duchas, secadores de pelo, jabón y crema corporal para después del baño. Una vez cambiados y con las toallas tienes que pasar a la zona de baño, es ahí donde te encuentras de nuevo con tu pareja´.
Se debe empezar con una ducha que tu mismo puedes graduar la temperatura, una vez realizado eso puedes elegir el recorrido del mismo entre las piscinas de agua templada, las de agua caliente y las de agua fría. Para mi gusto empezámos por la de agua templada que es la piscina central, después a la de agua caliente y pasados unos minutos tu cuerpo desea ir hacía la de agua fría.
También hay un baño turco (sauna de vapor) dónde al entrar casi no se puede respirar porque tus pulmones estan acostumbrados al oxígeno puro y no al vapor de agua aromatizado, no pude estar mas de 15 minutos en cada sesión pero va de fábula para la piel y los pulmones.
Los fisios te van llamándo por tu número ( el que te dan en recepción en forma de pulsera), coges tu toalla, la pones encima de la camilla y te tumbas boca abajo. Una vez allí te dejan elegir el aroma del aceite, nosotros elegímos los dos y sin ponernos de acuerdo el aroma a Azahar. Cierras los ojos, te relajas mientras te van haciéndo un masaje relajante en silencio, enmedio de vapores y música, casi nos quedámos dormidos porque dura 15 minutos. Cuando acaban te tienes que duchar para quitarte el aceite y puedes continuar tu baño tomándo si lo deseas un rico té de hierbabuena colocado al lado de la roca caliente.
Cuando acaba el tiempo del baño te lo indican con el sonido de los platillos árabes y si no te enteras ( como nos psó a nosotros) te lo vienen a decir muy tranquilamente, te cambias en los vestuarios donde te puedes secar el pelo y darte crema.
Sales de allí sin querer salir y cuando pisas el suelo de la calle de nuevo te sientes como si pisaras nubes de algodón.
Nuestra suerte era que los amigos también nos habían regalado la cena en el restaurante de los baños y no podíamos quedarnos dormidos, que sinó creo que en las mismas calles de la judería habriamos sucumbido a todo ese encanto.
Era una cena degustación ( yo pensába que no nos pondrian tanta comida) de primero había una bebida típica realizada con pepino, yogur y menta era tan refrescante que nos sentó de maravilla. El primer plato era un combinado de ensalada de hortalizas, hummus ( como un puré de garbanzos con limón), pulpa de berenjena ahumada con salsa picante y pepino con salsa de pistachos ( ésta última a mi no me gustó porque no me gustan los pistachos), el segundo plato lo podías elegir y fué un cous-cous de cordero, era enorme el plato ! Con su calabaza, verduritas, garbanzos y la carne que se te deshacía en la boca, para mi fué una pena dejarlo en el plato pero he de decir que ni el mas hambrón puede con ese menú ( lo digo por mi marido :p ). De postre había té y pastas árabes, una delicia para mi paladar l cuál agradecí muchísimo ya que el té después de todo ese manjar exquisito me sentó muy bien.
Vino del bueno, agua y una chica que nos bailó danzas árabes siempre con la sonrisa en la boca y mirándo a los ojos de cada uno de nosotros. Un ambiente sensacional, un servicio excepcional de los que quedan pocos.

Al salir de nuevo bajo la noche cordobesa no podíamos casi ni caminar de lo llenos que íbamos, menudo menú degutación LAS MIL Y UNA NOCHES !!
Esa noche no pensámos en nada, ni en el trabajo, ni en el dinero, ni en el viaje de vuelta... esos baños te relajan tanto que deberían ser una receta indispensable del médico de cabecera contra el estrés y la depresión. Es como un cuento o una fábula y es de agradecer que se encuentre enmedio de la judería junto a la mezquita porque sinó no serían los baños árabes, porque sinó no tendría el encanto que tiene... porque sinó no sería Córdoba... :)

Grácias a nuestros amigos cordobeses y sevillanos por hacernos descubrir algo maravilloso dentro de otro maravilla.

En madrid también podéis disfrutar de estos baños árabes del Hamman y como no, de sus cuentos, los cuentos del Hamman.

Aquí os dejo uno de los platos de las MIL Y UNA NOCHES.

1 comentario:

  1. ohhhhhhh debió de ser un pasada....creo que hay que ir !! jejeeje...tampoco me pilla tan lejos...me alegro que lo hayáis disfrutado tanto...bss

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